IGLESIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN | Bien de interés cultural:
La historia de la parroquia de Valmojado comienza en el último tercio del siglo XV. Castilla vivía tiempos conflictivos e inseguros. La nobleza aprovechaba los momentos de inestabilidad política para para arrebatar amplios territorios a las ciudades del centro peninsular. Así sucedió en el flanco suroeste de los baldíos y alijares ultra serranos de Segovia, dedicados, desde tiempos remotos, al invernadero de sus ganados serranos. Atrás quedaban dos siglos y medio de dominio de la Ciudad del Acueducto, la cual había repoblado estas tierras.
Hacia 1472, el alguacil mayor de Casarrubios, Juan de Mingo Sancho, ahorcaba en Valmojado a un ladrón llamado Alonso de Castro o de Écija. El delito del condenado había sido, según cuentan los testigos, «saltear» los montes cercanos. La horca, que llevaba poco tiempo erigida, estaba «en un cerrillo junto con el dicho lugar», junto a un camino por donde pasaban los rebaños. Era una señal que advertía, a pastores y viandantes,quién ejercería la jurisdicción a partir de entonces. Se trataba de don Gonzalo Chacón, flamante señor de Casarrubios del Monte desde 1468, comendador de Montiel y mayordomo de Isabel de Castilla.
Después del suceso, la horca quedó allí algún tiempo, hasta que se cayó. En 1502, un pastor de Canenciarefería, en una declaración judicial, que en el lugar de la horca se había levantado la iglesia.Se trata, por tanto, de la primera alusión al templo. Hoy, una placa de cerámica en su fachada nos recuerda esta circunstancia.
Sobre aquel cerro fue construyéndose -quizás por encargo del propio Chacón, como lo fue la de El Álamo- un pequeño y modesto templo. La «Iglesia del señor Santo Domingo», cuya capilla principal estaba aún por construir en 1535, albergaría el nacimiento de las primeras manifestaciones de la fe, de la caridad y de la religiosidad popular.Una de las primeras fue la capellanía fundada por María García de Lucas, devota que ese mismo año legaba 500 maravedís «para ayuda a haçella».
De esos mismos años (1535-1536) son los primeros sacerdotes conocidos, los tenientes de cura, Martín y Juan Fernández. Ambos estaban vinculados al colegio de Santa Catalina de Toledo, fundado por Francisco Álvarez de Toledo y Zapata. Álvarez de Toledo, que había tenido los beneficios eclesiásticos de Casarrubios del Monte y Moraleja de Enmedio, consiguió anejar el beneficio eclesiástico de Casarrubios del Monte por bulas apostólicas. Por entonces, los tenientes de cura en Valmojado sólo decían misa los domingos y días festivos, percibiendo por su servicio 500 maravedís y 4 fanegas de trigo anuales. La parroquia pertenecía entonces al arciprestazgo de Canales, territorio coincidente con los antiguos alfoces islámicos de Calatalifa (después, sexmo segoviano de Casarrubios) y Canales.
Desde entonces, y auspiciadas por el Concilio de Trento, fueron surgiendo las primeras capellanías y obras pías; cofradías como las Ánimas y el Santísimo Sacramento; el Hospital de los Pobres, ligado a esta última; y celebraciones de la religiosidad popular como la «fiesta del Toro» por Santo Domingo (1551) o la procesión de Nuestra Señora del Rosario por las «calles públicas» (citada en 1585). En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1576) se menciona la existencia de una ermita consagrada a San Sebastián, protector contra las epidemias de peste, cuya devoción era tal que en la víspera del santo «no se comía carne ni se abría la carnicería». Esta ermita se encontraba entre las actuales calles Argüelles y Sin Salida.
En 1551 la parroquia de Valmojado fue citada por primera vez en la contribución decimal de la Catedral Primada, dentro del Arciprestazgo de Canales. El curazgo del lugar era anejo al de la villa de Casarrubios, el cual solía designar un teniente de cura. Francisco Rodrigo Vázquez era entonces el teniente de cura(1555). Su templo, compuesto entonces por una sola nave o capilla, tenía entonces«mucha necesidad» y «gran falta de muchas cosas», lo que le llevó a pleitear contra su cabecera, consiguiendo en 1589 la novena parte de los diezmos recaudados en el lugar.
Las visitas eclesiásticas de los siglos XVII, XVIII y XIX nos hablan de los acontecimientos por los que pasó la comunidad parroquial. Un templo austero y una feligresía valmojadeña que crecía con él y con el municipio, nunca sin dificultades, poniéndose casi siempre de manifiesto los fuertes lazos materiales y espirituales entre el pueblo y la parroquia.A las antiguas expresiones religiosas fueron sumándose otras nuevas. Su origen solía estar asociado a la alta mortalidad derivada de crisis de subsistencias, epidemias y dolencias que, en mayor medida, se cebaban con la población infantil.
De aquella forma nació, por ejemplo, el culto al«milagroso»Santísimo Cristo del Amparo (1656), protector contra el garrotillo, la viruela y «otros males contagiosos»; San Blas, contra los males de garganta; Santa Ana y San Ramón Nonato, protectores de las embarazadas y de los recién nacidos, respectivamente; Santa Bárbara, abogada contra la muerte repentina; o San Gregorio Ostiense, a quien los agricultores llevaban en romería para librarse de las plagas del campo.
La parroquia de Valmojado fue dependiente del beneficio de Casarrubios hasta las últimas décadas del siglo XVIII. Su primer cura propio, según los libros sacramentales, fue Tomás Díaz en 1785. Situada en el nuevo trazado del camino de Madrid a Extremadura, la iglesia de Santo Domingo sufrió directamente las medidas desamortizadoras del Ochocientos y las embestidas bélicas de la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, con el desvalijamiento del templo en varias ocasiones y su utilización para dar cobijo a heridos y fugitivos de guerra.
A finales de los años cincuenta del siglo XX se decidió ampliar el templo derribando parte del mismo. En la actualidad el edificio es de planta basilical con tres naves, crucero y dos capillas anexas.Aúnse conserva una lápida antigua y parte de la fábrica original en el antiguo ábside, muros interiores, una sección del pavimento y en la base de la torre-campanario.La construcción de esta última, por su arquitectura, podría atribuirse a Francisco de Mora, maestro de obras de Casarrubios del Monte.
EL PATRIMONIO ARTÍSTICO Y RELIGIOSO DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN:
A pesar de los diferentes expolios y enajenaciones, la iglesia de Valmojado aún conserva un patrimonio religioso y artístico de cierto valor y antigüedad. En él, caben destacar varias imágenes y objetos litúrgicos desde los siglos XVI al XVIII. En los últimos tiempos, el templo se ha embellecido gracias a la generosidad y devoción de algunos feligreses, que han dotado al templo de nuevos elementos artísticos. Uno de los más importantes es la puerta de Mediodía o del Santo Cristo del Amparo; bellísimo trabajo en bronce del escultor toledano Guerrero Corrales, el conjunto de vidrieras de los óculos y ventanales o la carroza del Santísimo Cristo del Amparo, obra de los Hermanos Tudanca.
TORRE DEL «MOLINO DE VIENTO»:
Torre cilíndrica de ladrillo, con muros de 1,35 m de espesor, situada en uno de los lugares más elevados de la población.Domina el ejido del Retamar, antiguo terreno comunal usurpado a la ciudad de Segovia. El edificio es de propiedad privada y, aunque se le llama popularmente «molino de viento», hasta el momento no se han hallado referencias antiguas sobre su función original de molienda. Ya en el siglo XVI, los valmojadeños y sus vecinos comarcanos solían moler sus granos en los molinos de los Chacón en Arroyomolinos, o en Las Picadas (Aldea del Fresno), o en otros lugares. De hecho, este «molino de viento» no se documenta hasta un catastro de 1845, en el que, por cierto, se advierte estar «parado».
Testimonios judiciales de principios del Quinientos hablan de la existencia, en Valmojado, de un silo y un lugar de aposento de guardas de la ciudad de Segovia, donde estaban «en atalaya». Sin embargo, no indican ubicación concreta.En esa misma época, la ciudad de Segovia denunciaba, ante el Consejo Real, que el señor y vecinos de Casarrubios habían construido «casas fuertes», «casas grandes» y hasta trece «caserías» sin licencia en sus términos, tierra y jurisdicción. Una de ellas estaba situada en el «camino del lomo hacia Valmojado» y la tenía Pedro Cautivo, escribano de Casarrubios. No puede asegurarse, por tanto, de que se trate del referido edificio. No obstante, hoy se sabe que la función de esas «caserías» fue fundamental para ocupar y defender los términos realengos usurpados por la nobleza. Buena parte de ellas guardaba dehesas y espacios agrarios de interés para los usurpadores;una utilidad complementaria a la de fortalezas principales como Casarrubios y Arroyomolinos.
La técnica constructiva de la torre es similar a la de ejemplos mudéjares de la comarca (castillo de Casarrubios, torreón de Arroyomolinos, molinos de cubo del arroyo de los Combos y del puente de Zarzuela). El «molino de viento» de Valmojado se comunica visualmente con los restos de otra torre homónima, de similares características, en Casarrubios del Monte, a 3 km de distancia. A falta de un estudio arqueológico, no se descarta que ambas tuvieran, en origen, una función defensiva y que en épocas posteriores se reutilizasen para otros fines. Tal es el caso de nuestra torre, la cual, en 1883 quiso ser cubierta y acondicionada como local de epidemias.
Referencias: GONZÁLEZ AGUDO, D. (2019), «Molinos, silos y fortines señoriales en la comarca de Valmojado», Fiestas Patronales Valmojado 2019, Ayuntamiento de Valmojado, pp. 53-65.
MUSEO ETNOGÁFICO DE VALMOJADO:
Inaugurado en 1999, se encuentra distribuido entre los sótanos y el hall principal de la Casa de la Cultura, en la Avenida de Castilla-La Mancha, 14-16. Los sótanos están dedicados a las formas tradicionales de vida del municipio, contiene más de un centenar de objetos y utensilios cedidos por los vecinos. Se dividen en catorce secciones: 1) Armas y caza; 2) Arados y otros; 3) Ganadería y otros; 4) Siega y transporte; 5) Trilla y otros; 6) Antiguas medidas de cereal; 7) San Antón; 8) Vitivinicultura; 9) Herramientas; 10) Materiales de construcción; 11) La matanza; 12) Pesos y medidas; 13) Culto, música y tradiciones; 14) El hogar. Por su parte, en el hall principal de la Casa de la Cultura hay una antigua bomba de incendios del Ayuntamiento y el antiguo reloj municipal, de sistema Canseco, adquiridos en el último cuarto del siglo XIX. En los últimos años, el museo ha ido incorporando una pequeña sección de historia, así como nuevas cesiones de objetos de interés arqueológico, antiguo instrumental médico y de peluquería.
Para acceder al museo se requiere cita previa, contactando con la concejalía de Cultura (cultura@valmojado.com) o en oficinas municipales (91 817 00 29).
LAS CUEVAS:
Se trata de un laberinto de galerías privadas que horada el subsuelo de la villa.Las cuevas ya se mencionan en protocolos notariales del siglo XVII. En el siglo XVIII fueron destacadas en un sainete de don Ramón de La Cruz, escrito hacia 1772-1773, como una parte fundamental de la casa.
«Pues esto no es nada; hay casas en Valmojado, lo mesmo que en Madrid; con sus tres altos, la cueva, la sala y luego, encima, el desván (…)»
Estas grutas, excavadas en el lecho arenoso de la población, tienen relación con sus actividades agrarias tradicionales. Las cuevas servían de fresqueras donde se almacenaba el vino, el vinagre, el aceite y los restos de la matanza.El aumento del vecindario y los criterios seguidos en las particiones de los inmuebles llevaron, a lo largo de los últimos siglos, a crear una intrincada red de cuevas, muchas de las cuales sobrepasaban el solar de sus respectivas viviendas.También sirvieron de refugio en tiempos de guerra. En 2001, el Ayuntamiento de Valmojado elaboró un censo de cuevas que llegó a contabilizar hasta ochenta y cinco grutas, repartidas en veinticinco calles. Muchas cuevas han desaparecido en las últimas décadas, pero otras se conservan en buen estado, como las situadas en las inmediaciones de la plaza de España y la iglesia parroquial. Algunas pueden visitarse con la previa autorización de sus propietarios.
Referencias: GONZÁLEZ AGUDO, D. (2018), «Patrimonio subterráneo al norte de Toledo: las cuevas en Valmojado», en VV.AA., Cuevas y conductos subterráneos en la comarca de Torrijos, Instituto de Estudios Comarcales «Señoríos de Entre-Ríos» y Asociación «Amigos de la Colegiata de Torrijos», pp. 249-258.
ERMITA DE SANTA RITA DE CASCIA:
La ermita de Santa Rita se encuentra en el paraje de Cabeza de Tocón, a la vera del antiguo camino de La Nava. De cierto aire neogótico, fue construida en el año 1928 y reformada cuarenta años después. La tradición popular refiere que la devoción por la santa fue introducida en Valmojado por un matrimonio conocido por el apodo de «los Esparteros». La imagen de Santa Rita fue donada por los herederos de Eduardo Fernández. Días antes de la celebración de la festividad de la santa, las cofrades de Santa Rita suelen vender rosas a los feligreses, cuyo importe se destina a la conservación y limpieza del templo.
ERMITA DE SAN ISIDRO LABRADOR:
La ermita de San Isidro fue levantada en 2004 y se encuentra en la dehesa de Valdeniebla. Desde aquellas fechas ha cobrado mucha popularidad la celebración de una romería el fin de semana más próximo a la fiesta del santo.
CALVARIO Y VÍA CRUCIS:
Una de las primeras referencias al monumento religioso del Calvario se halla en un apeo de la Cañada Real Segoviana de 1734, puesto que se cita en su margen.El Calvario está en uno de los puntos más altos de la población, junto al monumento al actual Sagrado Corazón de Jesús, frente a las bodegas Santo Domingo. Catorce estaciones del Vía Crucis completan el recorrido desde la iglesia parroquial hasta el citado Calvario, por las actuales calles de José Moya y Montero (antigua calle del Calvario), plaza de la Cañada y Alameda del Fresno. Cada estación tiene por base un cubo de granito y está rematada con una cruz de hierro. Hace varias décadas, la peligrosidad que suponía el cruce de la antigua carretera N-V llevó al derribo del antiguo Calvario y la edificación de uno nuevo en otro lugar. Afortunadamente, el cambio de trazado de la nueva A-5, más alejado de la población, permitió la recuperación del monumento. Así, entre 2012 y 2015, la colaboración entre el Ayuntamiento de Valmojado y la parroquia permitió la reedificación en el antiguo emplazamiento y la reconstrucción del Vía Crucis,que conserva buena parte de sus fustes y bases de piedra originales.
CRUZ DE SAN SEBASTIÁN:
La devoción por San Sebastián, antiguo protector contra la peste, es una de las más antiguas de Valmojado. Las pestes fueron un fenómeno recurrente durante el mundo preindustrial. Estos brotes se relacionaban con crisis de subsistencias, malas cosechas, episodios meteorológicos extremos y malas condiciones sanitarias. En una época de tan elevada mortalidad, y con el fin de que la epidemia cesara, los vecinos hacían votos y/o se encomendaban a la protección de un santo. Durante el siglo XVI, varios brotes afectaron seriamente a los pueblos de la zona. Sin ir más lejos, los valmojadeños ya declaraban en las Relaciones Topográficas de Felipe II que, desde aproximadamente 1573, en la víspera del santo no se comía carne ni se abría la carnicería. También hacían mención de la existencia de una ermita consagrada a San Sebastián. La ermita estaba situada cerca del antiguo Barrio Alto, en el espacio que hoy ocupan tres viviendas, entre las calles Argüelles y Sin Salida. Quizás anterior a la ermita fuese la Cruz de San Sebastián, que ya se cita en 1562, colindante con un quiñón de la capellanía de las Ánimas. Como recuerdo a esta circunstancia, en 2012 el ayuntamiento erigió una nueva cruz en el paraje.Actualmente, es visitada por la procesión el día del santo.
PATRIMONIO HIDRÁULICO: FUENTES Y VIAJES DE AGUAS:
Valmojado se asienta sobre un terreno abundante en aguas subterráneas. Esta abundancia se manifiesta en el nombre del antecedente medieval de la población, el Villar de Cinco Fuentes (el Villar de QuinqueFontes).Sus aguas abastecieron, durante siglos, a los rebaños serranos que invernaban en las inmediaciones. En 1576, los valmojadeños declaraban, en las Relaciones Topográficas de Felipe II, que bebían de pozos y manantiales. El municipio cuenta, actualmente, con un interesante patrimonio hidráulico, del que son buen ejemplo las fuentes y viajes subterráneos de agua. Entre 2014 y 2015 se realizó un estudio arqueológico en cinco de ellas, encargado por el Ayuntamiento de Valmojado.
CAÑO VIEJO, FUENTE DULCE O CAÑO FRESCO:
Es la fuente corriente más antigua en la documentación. Por eso, ha sido llamada de diferentes formas a lo largo del tiempo. Situada al norte del casco histórico, junto a la Cañada Real Segoviana, en una hondonada que servía de descansadero de ganados, ya existe constancia de su «aderezo» o reforma en 1724 por parte del concejo. La obra fue entonces encargada al maestro de obras Diego Pérez. En 1786, los vecinos declaraban, en las relaciones encargadas por el Cardenal Lorenzana, que las aguas de esta fuente tenían un sabor bueno y gustoso. El crecimiento de la población y la construcción de la nueva carretera de Añover al puente de la Pedrera (Aldea del Fresno) causaronla necesidad de aumentar su caudal, limitado en 1854 a «cuatro arrobas por hora». Así, entre 1885 y 1886 se acometieron obras de reforma y aumento del caudal del viaje, adjudicadas al maestro Gregorio Navarro, con un coste aproximado de doce mil pesetas.El surtidor fue trasladado a poca distancia, en un lugar más accesible. También se construyeron unos nuevos lavaderos y abrevaderos al suroeste, en la confluencia entre la cañada y el camino de Méntrida/cordel de Pedromoro. El viaje subterráneo de aguas actual es de fábrica de ladrillo, tiene 129 metros de longitud que se desarrollan en zig-zag y consta de cuatro pozos de registro. El árbol de la fuente tiene unas inscripciones que indican el año de finalización (1886) y el nombre del entonces alcalde, Eusebio González Rodríguez. El ayuntamiento restauró la fuente en 2014, previo estudio arqueológico, recuperándose el nivel original y su solado empedrado exterior.
FUENTE DEL INDIANO:
Otra fuente interesante es la del Indiano (1789-1795),en alusión a Ramón Moya de la Torre y Villareal, apodado «el Indiano». La fuente fue construida y sufragada por iniciativa de este hijo ilustre de Valmojado, gobernador político y militar de la provincia de Chucuito, en el virreinato del Perú. El viaje de aguas atravesaba el centro urbano y recorría, desde su venero hasta el surtidor situado en la Cañadilla, unos novecientos metros.Su abrevadero semicircular, de cuatro metros de diámetro, tenía cabida para 25-30 bueyes. El viaje fue trazado por Juan Antonio Cuervo, arquitecto, maestro fontanero de la villa de Madrid y discípulo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El coste de la obra ascendió a 255.000 reales, buena parte de los cuales fueron empleados en dar trabajo a los vecinos: a los propietarios de ganados, por el transporte de materiales; y a los jornaleros pobres y sus hijos, por acarrear piedra y esportillar tierra.La obra tuvo posteriores reparaciones en la segunda mitad del siglo XIX. En los años noventa del siglo pasado, la fuente fue desmontada, despojada del pilón lavadero y desplazada varios metros de su emplazamiento original, al otro lado de la actual calle Indiano. Hoy preside el parque homónimo.
FUENTE NUEVA O DE LA TEJA:
La fuente se ubica en un antiguo humedal del prado de los Charcos, uno de los tres que tenía el concejo de Valmojado, en la confluencia entre la colada de El Álamo y el camino de Casarrubios. Su viaje de aguas baja desde la confluencia entre la actual avenida de Castilla-La Mancha y la calle Diputación. Su construcción fue motivada por la demanda de agua, derivada del crecimiento poblacion al y del nuevo trazado de la carretera de Extremadura. El proyecto, elaborado por Santiago Martín, arquitecto provincial, se había gestado en 1842 y no se acabaría hasta 1851. Su ejecución fue adjudicada a Dionisio Rojas, maestro de Casarrubios del Monte. Su coste total ascendió a treinta mil reales. La obra se financió con los beneficios de la venta de yerbas y rastrojeras, y de un tercio del producto de propios del ayuntamiento. Además, contó con seiscientas peonadas gratuitas.
FUENTE DE MÉNTRIDA:
Se trata de la fuente corriente más grande y el viaje subterráneo de aguas más complejo. Se ubica en el camino de Méntrida; de ahí su nombre. Fue inaugurada en 1910, siendo alcalde Juan López Varés, como rezan sus inscripciones. La fuente es de piedra de granito, mide veinte metros de longitud y se compone de tres pilones: los dos más próximos al surtidor se usaban como abrevadero; el tercero y más alejado se usaba como lavadero. Su viaje de aguas tiene forma de y griega. Cuenta con dos ramales o conducciones (este y oeste) que se unen en el valle de Santo Domingo, a partir del cual el agua va entubada hacia la fuente. Ambas galerías son de fábrica de ladrillo y cubierta abovedada. En su trazado hay varios pozos de registro. Entre 2011 y 2012 el ayuntamiento restauró la fuente, recuperándose el pilón lavadero que había sido desmontado años atrás.
FUENTE DE LA SALUD:
Es la fuente de construcción más reciente, original de 1925. Está situada junto a la antigua carretera de Madrid. Su viaje de aguas procede del manadero ubicado en la loma de Cabeza Tocón, donde hoy está el polígono industrial. A finales de los años setenta del siglo pasado, la fuente fue desplazada a la parte central del actual parque de la Salud, a corta distancia de su viaje original, el cual desagua hacia el arroyo del Regajo. El árbol de la fuente es un bello ejemplo granítico de función más ornamental, puesto que carece de abrevaderos y pilones. Su planta es lobulada, con cuatro alveolos mayores y cuatro menores. Un obelisco preside su parte central, de la que parten cuatro pequeños acueductos hacia los lóbulos mayores. La fuente tiene un enlosado perimetral de lajas de granito dispuestas en forma radial.
Referencias: MARTÍNEZ CALVO, V. y LÓPEZ JIMÉNEZ, O. (2015), «Patrimonio hidráulico de Valmojado: fuentes y viajes», Fiestas Patronales Valmojado 2015, Ayuntamiento de Valmojado, pp. 54-60.
LA CAÑADA REAL SEGOVIANA:
El poblamiento de Valmojado se inició con el establecimiento de una alberguería o venta próxima a un descansadero de ganados de la tierra de Segovia. De ella ya se tienen detalladas noticias a mediados del siglo XV, dado que por allí pasaba «mucha gente y pastores y vaqueros».La venta, de unas pocas casas, daría lugar al pueblo, cuyo origen no se entiende sin el trazado de esta Cañada Real Segoviana. Esta gran vía de la trashumancia, de noventa varas castellanas de anchura, entra en nuestro término procedente de Villamanta y transcurre a lo largo de unos seis kilómetros, rozando las paredes del casco urbano. En los últimos años se ha repoblado parte de sus márgenes. En un tramo, muy próximo a la plaza de la Cañada, se ha creado un parque, con un arboreto que contiene unas 65 especies diferentes de árboles y arbustos.En 2015, el Ayuntamiento, en colaboración con la Asociación «Amigos del Camino Real de Guadalupe», señalizó, por esta vía, el trazado de una nueva ruta de peregrinación hacia el monasterio extremeño.
Referencias: GONZÁLEZ AGUDO, D. y RODRÍGUEZ MORALES (2021), Bases de la depredación señorial en tierra de Segovia: Casarrubios, siglos XII-XVI, Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia.
OBELISCO A ISABEL DE CASTILLA:
En 2015, el Ayuntamiento de Valmojado instaló un obelisco en honor de Isabel «la Católica». El 12 de marzo de 1467, Isabel de Castilla se convirtió, siendo aún princesa casadera, en señora de Casarrubios del Monte por merced de su hermano, el rey Enrique IV. La concesión de este título, que se otorgaba de forma temporal, hasta que la princesa encontrase marido, llevaría consigo la percepción de ciertas rentas que le servían para su mantenimiento. Entre ellas estaba el «servicio y montazgo»de los ganados, del que una parte sustancial (140.000 maravedís) se recaudaba en Valmojado, lugar, hasta entonces, enclavado en la tierra de Segovia. Esta circunstancia, que conocemos a través de una carta fechada el 2 de noviembre del mismo año, sería determinante en el proceso señorial izador de Valmojado. Las rentas ganaderas fueron uno de los motivos por los que los sucesivos señores de Casarrubios y, con ellos, la corona, pusieron sus ojos en el lugar.
Referencias: GONZÁLEZ AGUDO, D. y RODRÍGUEZ MORALES (2021), Bases de la depredación señorial en tierra de Segovia: Casarrubios, siglos XII-XVI, Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia.
ROLLO DE JUSTICIA:
El 17 de diciembre de 1733, una cédula firmada por Felipe V en el Palacio del Buen Retiro (Madrid) concedía a Valmojado el título de Villa.La merced permitía a Valmojado eximirse de Casarrubios del Monte y regirse «por sí y sobre sí, con jurisdicción civil y criminal alta baja, con mero y mixto imperio». Asimismo, el rey otorgaba, perpetuamente, todas las rentas pertenecientes al citado lugar, su señorío, vasallaje, jurisdicción y término separado del de Casarrubios. El privilegio alude también a la concesión del derecho de Valmojado a tener «horca, picota, autillo» y otras insignias que«suelen y acostumbran poner las otras villas que usan y ejercen jurisdicción por sí y sobre sí, en primera instancia». Como recuerdo de aquella concesión real, en 2015 el Ayuntamiento de Valmojado erigió un rollo de justicia conmemorativo en el centro de la Placetuela. El lugar se eligió por ser un antiguo cruce de caminos, cerca del Ayuntamiento y la antigua calle Real (hoy, Maximino López).
ANTIGUAS ESCUELAS:
Antiguo edificio de las escuelas graduadas. Hermoso ejemplo de la arquitectura funcionalista de la época. Aunque fue construido entre 1930 y 1932, la intención de edificar una nueva escuela graduada para niños y niñas,se manifiestaya en 1925. El proyecto, elaborado en 1928 por el arquitecto Pedro Sánchez Sepúlveda, se encuadra dentro la política de la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas (OTCE), del gobierno de Primo de Rivera. Aunque las obras se aprobaron en 1928, con un coste de 169.398,24 pesetas, no se adjudicarían hasta 1930, siendo realizadas por Manuel López Pérez, industrial y vecino de Yuncos (Toledo). Durante la Guerra Civil,las escuelas fueronimprovisadas como hospital militar del bando nacional. El edificio sería reparadoa comienzos de los años cincuenta y reformado en los años setenta y ochenta del siglo pasado.Funcionó como colegio público hasta el año 2007, época en que fue cedido al Ayuntamiento.En 2012 y, tras unos años de abandono, el gobierno municipal decidió recuperar su función cultural y educativa como Centro Cultural «Las Escuelas». Entre otras dependencias, el edificio alberga la escuela municipal de idiomas y la Biblioteca Municipal «Don Ramón de la Cruz».
Referencias: GONZÁLEZ AGUDO, D. (2013), «Apuntes históricos sobre el grupo escolar de Valmojado», Fiestas Patronales Valmojado 2013, Ayuntamiento de Valmojado, pp. 71-77.
LA DEHESA DE VALDINIEBLA:
Este singular paraje, antiguo baldío segoviano conocido desde el siglo XV, fue dehesa boyal de Valmojado desde 1747. La dehesa, de más de mil fanegas de superficie, está formada por pequeños arroyos y valles en el que se destaca su quejigar; un bosque superviviente de épocas pasadas más húmedas. La variedad de hábitats que alberga Valdeniebla aporta refugio a más de 160 especies de vertebrados, de las que 126 están protegidas. La elevada biodiversidad de este paraje supone un tesoro de un valor ecológico único. La dehesa ha sido escenario natural en el rodaje de la serie de televisión «Isabel». La Diputación Provincial de Toledo organiza, en el mes de marzo, paseos guiados por la ruta de Valdeniebla. La ruta suele dar comienzo en la ermita de San Isidro, edificada en 2004, y visita otros elementos de interés en el paraje, como la fuente de Pedro Díaz, ya citada en el siglo XVIII.
Referencias: FUENTE GÓMEZ, U. y PÉREZ MARTÍN, J. (2011), Valdeniebla, refugio de biodiversidad en Valmojado, Diputación Provincial de Toledo.
ECLESIÁSTICOS VALMOJADEÑOS EN LA HISTORIA:
Los documentos históricos han desvelado la identidad de eclesiásticos ilustres que fueron naturales de Valmojado, como: don Francisco Ordóñez de Garnica, comisario que fue del Santo Oficio a mediados del siglo XVII; don Juan Evaristo de Villarreal, racionero y chantre de la catedral de Trujillo (Perú) y fundador de la escuela de primeras letras gratuita para los niños y pobres de Valmojado; don Antonio Moya de la Torre, vicario, visitador eclesiástico, abogado de los Reales Consejos y héroe local para los vecinos de Cazorla (Jaén) durante la Guerra de la Independencia; o don Juan Alonso y don Manuel de Ypola, que fueron racioneros de la catedral de Toledo en los siglos XVII y XIX, respectivamente.
Referencias:
GONZÁLEZ AGUDO, D. (2010), El Cristo del Amparo. Apuntes para la historia parroquial de Valmojado, Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo.
GONZÁLEZ AGUDO, D. (2015), «Algunas referencias sobre el antiguo Calvario», Fiestas en Honor del Santísimo Cristo del Amparo, Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo, pp. 10-11.
GONZÁLEZ AGUDO, D. (2018), «Los primeros párrocos de Valmojado y la Universidad de Toledo», Fiestas en honor del Santísimo Cristo del Amparo, Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo, pp. 9-13.
GONZÁLEZ AGUDO, D. (2019), «Datos y curiosidades sobre el antiguo culto a San Sebastián», Fiestas en honor del Santísimo Cristo del Amparo 2019, Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo, pp. 14-17.